Como nave a la deriva
mi vida vuela, en plena diáspora
de aconteceres,
como de sombras, llena
y de dudas, ciega.
El oro de tu nombre calla mi boca
mientras me pliega el labio
gestos de gloria
por lo que tuve apenas, sin ver si quiera,
que lo tenía todo envuelto en tierra.
Cegada mi mirada, envuelta en cieno
la tarde se adelanta, se cubre el cielo
con nubes que amantan
tierras cercanas, donde tú te criaste,
donde toqué la dicha, con la punta del dedo
Envuelta en sombras, luzco y espero
que llegue la última hora,
camino viejo, que ando como dormida
envuelta en cieno.
Espero el reencuentro, la miel cruzada
que saboree mi boca amplia y quebrada,
cuando volvamos, mi niño, quedo
a encontrarnos un día en el silencio.
Santander 6-4-14, 21,12, 77 días sin ti.
Maria necesitamos todos los dias leer algun poema tuyo , gracias guapa
Para que no se desgarre escribo. Por eso y porque si no ladraria