Posiblemente, en el camino de la vida
perdí más batallas que tú guerras,
la vida, me vadeó sin pausa ni fervor
tropecé con todas las piedras
que, a fuer de desafecciones
me dejaron herida y maltrecha.
Más que tú, que amargas el estío con tu queja,
mantienes el ceño de cemento
y la mirada umbría, encenagada
de afligidas petulancias, sin constancia
llena de indiferencias varias.
A mí, el dolor, la lucha, la desidia
el desamor, la desesperanza y el hastío
jamás pudieron borrarme la sonrisa;
a ti te dejaron la mueca agría
el gesto contrachapado de agrura.
Por eso, amigo, tu suerte y la mía
no son la misma.
Tú tienes casi todo,
yo solo la ironía.
Con eso, me conformo,
contemplo tu negrura…y sonrío.
Santander-5-7-2016. 19,42