Se nos agrió la realidad
a base de no verla, se nos crujió
la esperanza, de no atenderla
con certezas y costumbres
que nos llenan.
Se impuso la cordura lentamente
esa que habla de concisas relaciones
y nos dejaron solas las utopías
que huyeron en busca
de fértiles pastos renuentes.
Se nos nubló la primavera,
panzudas nubes surcan cielos
tornados amenazando y con vientos
que barren la ilusión y la costumbre.
Aciagos días nos esperan,
borrarán del mapa la palabra
y renacerán los negros nubarrones
que hicieron de la esperanza
trenzada costumbre con las sombras
y vanas utopías mal soñadas.
María Toca
Santander-14-10-2018. 11,09