Da lo mismo que para ti el recuerdo no fuera importante,
ni suceso destacable en tu vida.
Da lo mismo…que solo sea anecdótico,
irrelevante o un suceso escrito en letra muy pequeña,
en tu vida -tan plena- de ahora mismo.
Me da igual que las horas y los besos
no se guardaran grabados en tu mente
ni que tu piel quedara tatuada por mis manos.
No me importa… No demasiado
que hoy tu vida sea equiparada a otras vidas…
tan correctas y comunes que apenas se destaquen,
como fuera la historia que vivimos
y que siento perpetua e inmutable.
Porque yo te pensaba especial,
diferente a lo común;
sin poderme olvidar cuando las horas
se nos discurrían lentamente entre besos,
diatribas, confianzas, complacencias
y pelea de dos cuerpos ensartados en placer.
Yo te hacía soñador, utópico, salvaje…
como yo. Me contemplaba en tus ojos
y creí que era posible, un momento, solo uno,
de sentirnos inmersos en la revolución,
…de soñar mundos mejores.
Al menos, esos eran los recuerdos
que me atesoraba el corazón
ayudándome a vivir este presente,
tan prosaico, exento de luz y caminos enjaezados
de la dulzura y compañía que aportaba a ratos,
tu sola evocación.
Sentía que el tiempo compartido
era aquelarre de alegría y rebelión.
Ahora veo que era nada,
o poco, quizá desplante,
una hoja agitada en la corriente
de la vida, discurrida entre pensamientos
y recuerdos adornados de color.
Da lo mismo, sabes. Lo vivido
construyó muchas historias
que surgieron cuando supe
que el amor que viví, incandescente,
consumiría mi vida, me daría carburante
para conformar tantos relatos
que conté, pensando que la vida ¡que absurdo!
bien podría ser tan diferente.
Ahora compruebo que para ti fue paso quieto,
mero inciso. Que la fantasía, en ese tiempo,
la aportaba solo yo.
María Toca
Santander (comenzado) el 26-10-2020 a las 10,00 (terminado) el 29-10-2020 a las 12,18.