Llego al último tercio del camino,
andando a trompicones y con alzas
para contemplar el paso dado
y el que aún, queda por dar
apenas sin aliento, con desgana.
Trecho largo, lo caminado hasta llegar,
cansada; primor de primavera,
en momentos, en otros
largo camino de invernales veredas.
Regué con lágrimas amargas
rincones que quedaron bien ocultos
a los ojos de extraños, esos que miran
de soslayo, y no contemplan
más que fútiles los desmayos.
Compañeras que te encuentras de paso
o caminando por sendas paralelas
a rebufo de cargas y pecados.
Camino largo que llevo a la espalda
pesada carga de recuerdos
que hoy, se me hacen más cansados
quizá, sea que me halle al fin de la angostura
y llegado sea el tiempo de volar.
Duelen y pesan, rincones que se viven,
duelen y maceran la carne que se aviva
con el paso abierto del pecado
que jamás cometí: el único,
que añoro y no he perdonado.
María Toca
Santander-25-02-2018. 19,42