Se deslizan las gotas
por la frente perlada,
acristalan la piel,
camino de la nada,
mientras, en sordina, los ojos,
vigilan la horadada
que cincela a lo lejos
el valle y la montaña.
Suspiro, rezo, canto,
con solo una plegaria,
mientras, me susurran los arboles
las palabras que repito
y el canto que manejo.
La voz rebelada, se eleva
hacia aquella loma, que encelada,
en el horizonte, a lo lejos,
pendiente, susurra a la mañana,
que la tierra se prende,
la sonrisa se queda,
cuajada o contrita,
siempre de frente,
sutil, como antes o mañana,
mientras, aquí, muy quieta,
me dejo seducir
por la tierra callada.
Hoz de Anero-23-5-2015, 17,00. 488 días sin ti, pero contigo.