Sombras que se yerguen altas
sombras de mil madrugadas
esperan, aquí enceladas
a que aclare la ventana.
Sombras que callan y escuchan
los suspiros de batalla
se agazapan y estallan
al filo de mi mañana.
Sombras que siguen afuera
horadando la escollera
donde se recoge el viento
y vienen con la guadaña
a buscarme en madrugada.
Sombras, que amenazan lluvia
y por mucho que me esconda
me encuentran entre amenazas
de llevarme a su morada.
Sombras, quédense paradas,
escuchen, callen y vean
los lamentos y mi rabia,
con eso tienen bastante
hasta el día de mañana.
Santander-7-8-2016. 23,13