A veces, sin venir a cuento,
suenan los tambores, el dolor aprieta,
sin saber ni como, ni cuándo o porqué
se retuercen olas en la madrugada,
surge la tormenta, la lluvia, la pena.
Y se evoca el miedo, cuando no se espera,
llega quedo, lento,
un sutil vagido, un recuerdo tibio
y presto, sin casi notarlo, se desencadena,
la tromba encelada,
el frío que agrede y no deja nada.
Tan solo la muerte,
ahoga la palabra, y tiembla la carne
que trémula y triste, se ahoga en dislates.
Si no pasa nada, si está todo quieto,
y de pronto surge, el rugido agrede
en la madrugada. Se asustan los ojos
cuando, sin aviso, sin tregua, sin nada,
se asoman las lágrimas
y no queda nada.
Santander 3-4-15, 4,02, 438 días sin ti, pero contigo.
sabes de que hablo verdad Rocío?
si…