Siguen clavando dagas, siguen,
a veces cansa, otras opaca,
las buenas intenciones, la alegría,
que, en momentos, me embarga,
otras, en cambio, agota.
Siguen las traiciones y los desafueros,
siguen llegando cada poco,
se esconden, se encabritan en el suelo
y de pronto saltan como fieras.
Siguen los desacuerdos, las afrentas,
las penas, el castigo, los no hice,
hasta dejar vacío, el tarro del reproche.
Por eso eludo la charla gratuita
el desandar caminos mal andados
o tropezado con piedras esmeriles.
Por eso, y por seguir andando,
que jamás lo pequeño y la nada,
pudo parar mi paso.
Santander-29-12-15. 14,07.