Se van. Doblan ya la esquina
que les lleva al desfile
perdiéndose entre meandros
y levantando la mano
pertrechados de nostalgia,
quizá teman despedirse.
Marchan, con tímidos pasos
como si tuvieran penas
y jamás quisieran irse.
Se van, camino del llano
donde les espera, triste,
humo, llanto y nubes grises.
Van en fila de uno a uno
calladitos, con sigilo
no sea que se despierten
mil voces que digan ¡suerte!
Se van, camino del llano,
marchan con zancada fuerte;
en la mochila las penas
en los ojos despedidas
y entre las manos, cosidas,
llevan brío y las esencias
de mil caminos marchados
y mil batallas perdidas.
María Toca
Santander-31-03-2018, 22,51