Hace tiempo, te rondaba,
como una amante con prisa,
querida, o despechada,
aunque escurrías tu marcha,
ella, deseaba poseerte;
te seguía con anhelo
de llevarte a su morada.
Vigilaba por rincones y veredas,
como mujer encelada,
te rondaba con su espesa mirada
atisbando con aliño,
tus pasos de madrugada.
Cada día, cada noche,
alargaba la silueta,
afilaba, con la saña,
sus amplias garras captoras
para atarte a su regazo,
ardiente y desvelada,
amante, sinuosa, avezada,
en mil lances, enamorada
de tus ojos, de una mirada muy pura,
de tu alma; y de un corazón
pulido como el diamante,
donde cabían mil mundos,
y a solas, mis esperanzas.
Te llevó, por fin, la parca
a los abismos bastardos,
desde allí contemplas, impávido,
los pasos, andares , llanos,
de los que aquí nos quedamos, tan dolidos
que si nos fuera posible
anidaríamos en tus sueños,
para gozar de un tiempo
que nos faltas y que alumbras
con tu ausencia y mi empeño.
Talleres Rass-2-7-14, 11,26. 173 días sin ti.