¿Se puede mirar a los ojos del hambre
y seguir tan entero?
¿se puede escuchar el suspiro cansado
que expele una madre que cuida
con esmero y razón, a un hijo que no ríe?
¿Se puede contemplar el dolor
de un viejo con frío en el alma
y ni un techo que de cobijo y cama
a los que, por derecho, corresponde?
¿ Se puede sonreír con suficiencia
cuando se escuchan penas
que no tienen amparo, ni contienda,
al caminar derecho hacia un buen coche
y un hogar caliente que no pena?
¿Se puede, contemplar con el pecho vacío
como caen y mueren los que llegan
huyendo del hambre y se hacen llamar
extranjeros sin nombre?
¿Se puede contemplar el dolor y la sombra?
se puede. Con los ojos del miedo
y el corazón vacío, sí, es posible.
Si no es así, ¿cómo se puede?
Santander-14-12-14, 0,35. 330 días sin ti pero contigo.
y al Presidente de la Comunidad de Madrid…y a tantos. Sin corazón y sin alma