Se nos diluye el estío,
pasando de mes, a mejor tino,
que nos llega Septiembre y con él,
el otoño se acerca, sin ruido;
con pasito muy corto, despacio,
se nos va el verano tranquilo,
y nos llega, apuntando cansino,
un tiempo de calma y vacío.
Las hojas se caen en silencio,
alfombran las calles calladas
a veces, por eso, los pasos
se oyen y funden en los arrabales.
Se marchitan las flores,
se calcina el verano
que perece sin furia y sin tino
callado responso del tiempo
que con paso calmo, finiquita
y apunta lejano, un invierno
que nos llegue en manso reclamo.
Con este otoño que llega despacio
arriban recuerdos, rescoldos
de un año que pasé envuelta en los llantos,
inmersa en dolor, ajena a cuanto
sucede detrás de mi tiempo.
Santander 31-8-14, 21,08. 224 días sin ti.