El sol restalla en la ventana
invitador, celoso de mi casa,
me llama, me incita a que lo adore
en una playa o alquería cercana,
mas yo, hoy, prefiero la aquiescencia
de una íntima permuta, en mi alcoba,
acompañada de todos mis fantasmas,
en silencio, adorando el recuerdo
musitando oraciones y cantos,
al que se fue, y su presencia añora,
mis ojos, mis manos y mi esencia.
Me quedo, en silencio, escuchando
lo que me cuenta desde su distancia,
me quedo, entre las paredes
que sé, habita, complacido,
y me dejo mecer por el sentido
de tenerle muy cerca,
aquí, conmigo.
Por eso hoy no escucho al sol
que clama mi presencia
en una playa curiosa y cercana.
Me quedo, con él, tú lo comprendes
hoy, toca silencio y amparo,
hasta la conquista de la calma quieta
que haga de mi silencio, su presencia.
31-8-14. 13,27. 224 días sin ti.
gracias