Recogiendo la casa
donde habitan los sueños
en todos los rincones,
aún en los más pequeños;
descorriendo cerrojos
de guaridas e infiernos
me encuentro bien ocultas
las memorias perdidas,
entre polvo y caireles
que apenas mueve el viento.
En umbríos gredales
de cuartos infinitos
donde duermen las sombras
y la noche hace guardia…
se me ocultan,
entre pábilos yertos
los oscuros deseos
y unas lágrimas secas.
Envuelto entre sudarios
me encuentro una vida perdida,
con las sayas ungidas
del aroma de un tiempo
que se fue -que es ido-
Descansando, entre aromas de viejo,
y los guanos de antiguo
se encuentran las palabras
que se llevaron ,presto,
a lugares lejanos,
aquellos otros vientos.
Las vivencias perdidas,
los ojos acristalados
de la vieja esperanza
me recuerdan que ahora,
a la vida la cubre, cual sudario,
para siempre, la herrumbre.
María Toca
Santander-11-03-2018. 17,11