Raro, se me hace raro,
sentir la risa de los niños,
el aleteo de sus alas permanentes
que baten cuando la alegría
se cobija en su joven corazón.
Extraño, contemplar entre las brumas
de una tarde otoñal, tras la ventana,
como los amantes van despacio
y se entrelazan los ojos
…al mirarse
mientras una mano buscan el cobijo
de la otra, como pájaro en la tarde,
que corre a asilarse.
Se me hace raro, al fin,
contemplar al mundo tan pequeño
que asoma, casi sin notarse,
por la ventana abierta
del nido donde habito…
Quizá se paró ya el aquelarre,
la escaramuza disidente
…la penuria
de los tiempos que corren
con el vendaval de la costumbre
y el miedo a que el mundo
…descalabre.
Por eso, digo, se me hace un nudo
de extrañeza en la garganta
contemplar que la vida sigue
en una tarde cualquiera
de este triste olvidado tiempo
…de otoñada.
María Toca©
Santander-10-10-2020. 20,56