He mirado en el espejo con la calma
que contempla la avanzada del tiempo en mis mejillas.
En ellas encontré, como de espalda,
la historia de las pesadillas bien plegadas.
El contorno de mis ojos es morado,
tal que ropaje vestido por mortaja
de un cadáver entornado y a desvuelta
de unos labios agrietados, en reserva
de los besos que cuidé y no he dado.
Estas flacas y melifluas mejillas
se me pueblan de páginas en blanco,
descolgadas, tibias y aun no escritas
como carne desplazada por la vida.
El cabello nevado por el tiempo
me cuenta los años que han pasado
sin que apenas viviera y diera cuenta
de que el tiempo…iba pasando
mientras, el alma se acostaba a buen recaudo
y el corazón se me blindaba como ensalmo
de pasadas cuitas y batallas,
perdidas sin honra, sin noticia,
a menoscabo de la piel que se doblega
y se deja traslucir por las estrellas.
Me he mirado en el espejo, con descuido
y hallé a una que apenas conocía…
tendré que ponerme a conversarla
por ver si me encuentro con amiga.
María Toca
Santander-5-10-2020. 19,22