Si miro hacia delante
hay trecho por andar,
menor, mucho menor
que el andado hasta ahora.
Si contemplo el destino
aún queda incertidumbre
plegarias por rezar
alguna risa, conversar,
más lágrimas, quizá,
alguna sorpresa,
pocas, después de lo vivido
queda poco que ver.
Se cumplieron los sueños,
no todos, solo algunos,
otros se fueron quedos
al lugar donde se encojen
los ideales muertos
los que no se cumplieron
en tiempo y se marchitan
como hojas, que nadie pisará.
Me quedan tantas cosas
envueltas en viejo celofán
escondidas en anaqueles
donde el polvo cubrió
con su escarcha, el deseo
de cumplir añoranzas.
Si me vuelvo a mirar,
quisiera andar despacio,
atada a otra mano
con la mente alertada
y confianza en el paso;
mecerme en una casa
donde todo sea pulcro
y la dulzura anide
en rincones perdidos.
Atarme la confianza
de sentirme querida,
cuidada, alentada
en los sueños impíos
que siempre me acontecen
y luego los archivo.
Si miro hacia delante
aún me queda camino,
tarea por hacer:
lo que no tengo es tiempo.
Santander- 17-7-2016. 20,23.
Reflexiones ante un cumpleaños crucial.