Que se yo de andar deprisa
de dictar sentencias y de vida,
que se yo de hacer dictamen
y de mirar al frente, cada día.
Apenas sé lo que a nadie se cuenta
y mis pasos van a trasquilones de los tiempos,
abierta la carne, supurante
de lo que llega a mis ojos de repente.
Ignoro, como andar despacio,
salir del atolladero de las fuentes
y ver el camino rodeado
de un ancho surco por delante.
Andando, y al paso me posee
la fuerza de ver el cauce rebosado
de aires, de pensamientos y callados
los labios ante la luz del miedo.
Por eso, digo, que apenas se
de lo que cuentan, y lo que veo,
me asusta y me enternece,
quizá, por eso, seré siempre,
alguien que no sabe y que se crece.
Santander- 27-11-14, 17,14. 311 días sin ti, pero contigo.
Un día hacemos a cuatro manos
Lo de la guitarra…mejor no. Ni tocarla, soy negada.