Dicen que no se debe volver donde fuimos felices. Puede ser cierto, porque al volver una se queda impregnada por la nostalgia de lo que fue. Peor es volver a donde se sufrió. Donde se quebró la vida de forma inexpugnable, sin paliativos, con un antes y un después. Volver al sitio donde los recuerdos duelen, mellan el alma, es tarea ingente, por eso se posterga. Volver al sitio donde, en cada rincón del decorado que acompaña a los momentos vividos, hay recuerdos feroces, es duro, muy duro. Hoy tocó hacerlo.
Volví al lugar donde el suceso más trágico de mi vida, puso colofón a una persona que marchó ese día para no volver. No quedaba otro remedio, había que ir. Intenté eludir , intenté escapar al torvo destino del reencuentro, quedando derrotada, al final, porque no había otra opción. Y porque había que hacerlo.
Al llegar, el corazón bombeaba sin piedad, mientras recorría el hall de entrada. Allí donde le recibieron, mientras yo auscultaba las caras de los médicos, todas contritas, negando con la cabeza la vida que se arrebataba con la prisa de quien se va. Me recuerdo temblando de incertidumbre, negándome la evidencia. Hasta que la evidencia se hizo real, no quedó más que atravesar un pasillo, llegar a un box, entablar el último dialogo, hacer promesas que se van cumpliendo, dar las últimas caricias a un rostro tan amado, y decir adiós. No, adiós no dije, fue un hasta luego, quebrada de dolor, desesperanza y miedo.
Hoy, pasé por aquellos pasillos, temblé también, sentí el latigazo de la congoja; al recuerdo, le salieron esquirlas que arañaron al corazón escarmentado.
Hoy era yo la enferma. Nada grave, solo un susto sin mayor importancia. Al salir, recibí el mismo sol nublado que ese día. Tuve una sensación de soledad grande porque sabía que afuera quedaba el silencio y la zozobra seguía dando latigazos. Fue una etapa más. En adelante, ya habré pasado por el trago de volver al sitio donde se me quedó la vida, porque lo que siguió es otra cosa. Ya no será la primera vez que vuelva. Y me dije: prueba superada.
Cuando se escribe con el corazon, cuando por papel coge la vida, y por pluma las venas y tinta la sangre salen cosas tan hermosas como esta, que no pueden ser superadas porque es la vida misma ,el dolor del ser y del estar. Un beso