No creo en la poesía regalada,
esa que luce y da decoro,
esa que rima y reverdece
la palabrería, y da con todo.
No creo en la poesía que es selecta,
la que une, adjetiva y embellece
la cuartilla vacía, sin mancharse
con la realidad de cada día.
La hueca, vacua, la contrahecha
con palabras y sonsones que dan lustre;
por mucho que lo intente,
no me gusta, no me sale.
Se me anudan, entre los dedos,
las palabras, me quedo muda,
ciega, en torvo cambalache
y no encuentro palabra que me enlace
con otra, si no me dice nada.
Que se me entienda: la poesía
no tiene norma ni vianda
y corre por la vía a su manera.
Por eso, no sé hacer versos perfectos
porque en cada estrofa,
se me va el alma, el sentimiento
y al final, tan solo desgrano las palabras
que cubren el lienzo de colores
como el alma, de emociones en llamas.
Santander-3-9-15. 14,38. 591 días sin ti, pero contigo.