Prendió la llama. En el beso aquél prendió la llama
a lo que siguió, llamé pecado
y tú el dulce despertar de los sentidos.
Ardieron los cuerpos apenas se reconocieron
y a poco que notaron los estigmas
el fuego infame los consumió
sin quedar brasa ni recodo de piel bien recorrido.
Argamasa de pasión titubeante
serás en noches de luna con luciérnagas
de vino por sangre, piel en incendio
y pasiones de tiempo conocidas.
Prendió, con un solo beso aquel desastre
que arrasó cual huracán todo el sentido
y batió, cual mar embravecida, los cimientos,
tan bien estructurados, de mi corazón
y tu ardua costumbre sin hechizo.
María Toca
Santander-17-02-2019. 0,26.