yo que fui de dar largos paseos,
montada en cabalgadura
que corrían sin bridas
por angostos caminos.
Se me achican los ojos
cuando miro al espejo
esperando encontrar
la mirada de antaño
y la luz tintinea contra el azul oscuro
de la noche, y yo ando encerrada,
cuando antes el vuelo
era alegre y bravío.
Se me cansan los pulsos,
se me duelen los huesos
yo, que antes me saltaba con saña
las corralas del sueño.
Surcos de oscuridad
me socaban los ojos
y muchos caminitos
recorren el espejuelo
donde antes, había libertad.
Hay dolores que acechan
y cuando no me doy cuenta
y pretendo saltar…se me tuercen deseos
y tengo que parar.
Han pasado los años,
han huido los sueños
-algunos se cumplieron-
otros esperan turno
andando impacientes
con pragmática calma.
Se me fueron los bríos
se me blanqueó el pelo,
pero aquí en los adentros
aun brama el entusiasmo
y la brisa acompaña
cuando contemplo el suelo
y me elevo, o me nublo
en pos de los dulces estíos.
Han pasado los años,
he caminado tanto
que cansada, confieso,
aún me restan unas pocas de ganas
de bailar entre sombras
y continuar riendo.
María Toca Cañedo©
Santander-28-01-2024. 21,21