Se labró de silencios tu mirada,
un muro ciego levantaste ante el dolor
que nubló, un día espeso, la infancia
y la ternura se secó, como un flor,
cuando una mañana aciaga
se paró el tiempo, quedo prendido
de nosotros, el miedo,
y ni tu furia, ni el amor, pudo hacer nada.
Tus ojos son pozos profundos
simiente de un conocimiento
que a veces, asusta, pero luego
entendemos, reímos y sentimos
que lo peor, que pudo pasar, pasó,
que solo queda un camino ligero
poblado de experiencia y de amor,
guiado por la mano que no ves
pero te cuida. Amparado por él
que no te olvida,
porque nada que se amó tanto, perece.
Por eso, caminamos unidos
sonreímos, amamos, podemos avanzar,
por la senda que nos sembró la vida,
aciaga, dura, echa para titanes,
luchadores, con dulce corazón.
Santander-13-6-15, 13,38. 509 días sin ti pero contigo