Olvidos. Olvido dejando sin senda lo vivido
escarchando los rincones perdidos
donde yacen encenizados, los recuerdos
dentro del viejo cajón que omitió el tiempo
y los hurgó de telarañas. Olvido,
de vanas experiencias, afantasmadas
hilvanadas de sombras y de ausencias.
Olvidos, que acercan tan quedos
con teas encendidas, por si tornan
las luces a pergeñar los sueños
tornados en lívidos recuerdos, olvidados
y regresan al presente tan vivido
como el futuro es soñado sin descanso.
Y tan indiferente, los olvidos truncados.
Ese camino incierto, que andamos
a escondidas de la gente
cuando la vida se vivía a empellones
de alegría, contando los minutos
tal que horas y las semanas eran
tumultuosas fuentes de vida
macerada. Y no había recuerdos
que todas las vivencias se grababan
a golpe de presente. Hoy, escarmentadas,
las vidas, vividas a destiempo y a deshora
de los viejos olvidos. Cerradas ya las puertas
de los cuentos confinados
en el último rincón: en el olvido.
María Toca
Santander-2-082018