En vuelo rasante por tu piel
depositando mis redes en tus huecos,
caminando por tus sienes con mis dedos,
cual aves que se posan en arboleda soleada,
me deposito, entre tu cuerpo y mi camino.
Tal que ahora, parando en el reloj las viejas horas,
reposo mi cansancio entre tus brazos
y dejo que la poesía se me atrape
mientras, perdida, en los pozos inmensos de tus ojos
me tiembla hasta el último rincón de mi concierto.
De paso, continúo por el desaliento, que no vida,
me encuentro con la mano prendida y el reservo
de ser una isla, conquistada por tu ausencia.
Y así, de mis pasiones hice gala
porque fui de la soledad hacia tu almohada
enredándome, entre tanto, en las viejas costumbres
para envolverme, en tu ausencia, en la nada.
María Toca
Santander-21-04-2019. 11,08