Silentes son las sombras
que se yerguen delante
de la noche que hacemos
al caminar despacio,
por la senda presente.
En vez de ver la tarde,
se hacinan y se espesan,
pues siempre van delante
del camino, que sigo,
en pos de la barbarie.
Me preceden, me amplían
la candidez del tiempo
en que era inocente
y no dejaba quieto
el verso, ni la simiente.
En mi mano, en mi frente
lucía luz de alba
y en mi pecho candente
irradiaba la luna
con una luz constante.
Hoy las sombras caminan,
siempre van por delante
de mi vida y mis noches
que se pueblan, equidistantes,
de una luz alargada
tenue, como la vida;
y sin farol ni guía
voy abriendo los pasos
que antes, la sombra, recorría.
Santander 5-2-15. 11,00. 381 días sin ti pero contigo.