No vale de nada recorrer la senda equivocada
caminar por caminos empedrados
de intenciones que no se han de cumplir.
No vale, sentir, y decir haber sentido,
si en la palabra no se lleva la intención
de cumplir siempre lo prometido.
Y por último, no vale de nada
prometer, jurar, acicalar la verdad
hasta disfrazarla de burla.
Parecer y no ser, haber nacido
en un mundo hostil, para emular
lo que detestas. Al final,
lo que vale son los hechos
lo que haces, no lo que dices,
la palabra volandera que pronuncias,
el viento corre con ella, se la lleva.
Son las acciones, la lucha en la espera
lo que siembra un camino
y llena de simiente fértil, la sementera
aciaga de la vida, cuando acaba.
Lo que vale, compañero,
son las obras , los caminos tomados,
no las palabras ni las promesas rotas,
al menor atisbo de inconveniencia plena
de inquietud por seguir en la cómoda
vida que labraste para ti, en la penumbra
de una vida que se torna, a cada paso, inquieta.
Santander-28-12-13
20,49