Algo tiene el atardecer
que arrebata y esgrime
el viento, con ese sol que atenuado,
se esconde, detrás de los montes,
y un tenue placer
amedrenta y deja morir a la tarde,
sin que se oiga nada,
ni queja ni estorbo,
con la calma entera.
El sol y la noche,
se ponen de acuerdo,
se dejan mecer, por el viento
y un tibio fulgor, de gritos,
de cantos, de la pajarada,
en lento camino,
hacia su morada.
No sé qué me inspira
la tarde al caer,
que apacigua, y siento
sin ver, como todo fluye
y se queda en calma,
el furor tardío, se mece
en árbol ajeno, la flor y el rocío.
No sé qué me ocurre,
justo en el momento,
en que el sol incierto,
se oculta, se llena de fuego
y no veo, más que aparecer
un tranquilo canto
que huele a sosiego.
La tarde al caer
acuesta su manto.
Santander-10-5-2015.475 días sin ti pero contigo.