Tenemos una patria con espinas
envueltas en jeribeques de hiel y asesina
a los mejores hijos que le restan.
Tenemos una patria que envuelve en oropeles
a los zafios, traidores y cuatreros
mientras que a los ladinos
los rodea de honores y envuelve en la bandera
con que cubre sus viles desvergüenzas.
Tenemos una patria que nos ahoga,
y nos hace maldecir haber nacido
entre suaves mares y estertores
asfixiadas de tantas sogas encendidas
como prenden los patriotas en el pecho.
Tenemos una patria llena de hiel,
con cobardes que se rodean de voces
y cantos encendidos
que dejan a la vista su condición
de sutiles traidores a los nadies.
Si no fuera tan bella y tan herida
por mí la dejaría lejos, entre nubes y neblina
espesa de mis días más aciagos.
Si no fuera porque llevamos el alma tan prendida
del solaz desesperado que nos ata
y en los ojos el mar que reverdece
mientras las verdes colinas
que mis ojos añoran desesperados cada día…
Tenemos una patria que me mata.
María Toca
Santander- 27-10-2018. 0,23