Mi creencia es la duda,
la duda inabarcable,
como borrasca en mar embravecida. Dudar
de lo esencial que nunca se cuestiona,
de lo arduo,de verdades impuestas
por los que las nombran intangibles verdades
incuestionables, inmutables. Verdades
que se contraponen a la duda
porque dudar es moverse, crepitar.
Esencia misma de estar vivo.
Dudar de todo, rebelarse,
como aquella Eva intrépida
que rompió el statu quo impuesto
tomando la manzana del árbol indebido
vetado por un Dios absoluto
que arrebataba la verdad
y la encadenaba en andamiajes.
Rebelarse, dudar de la palabra impuesta
incuestionable de la ciencia,
de dioses y aquelarres.
Mover la tierra, eso es dudar
hacer de cada incertidumbre
mudanza y movimiento
inexpugnable, duda fecunda, muy abierta.
Así la vida se convierte en insegura, palpitante,
precaria, inabarcable:
una aventura. Eso es vivir.
Por el contrario, estar segura, no batirse
es sentencia de muerte muy precisa.
Mejor no ser que nacer estando muerto.
#MariaToca
Santander-1-5-2017. 12,25.