Dejaré entrar el sol por la ventana
envainare la furia, bien guardada,
esculpiré momentos con palabras
y luego caminaré, lento, por caminos de agua.
Daré pasos raudos, solazados
por la pértiga del tiempo y la paciencia,
esos que se dan, cuando hay conciencia
y se camina en paz y sin recato.
Caminaré, hoy, entre las nubes
que caen, despacio sobre el suelo,
lo mojan, lo fecundan y lo funden
cerrando el círculo que ampara la inocencia.
A veces, la soledad es regalada
se degusta como placer bien asentado,
llega, como primavera a la escarcha.
Bueno es aprovecharla.
Santander- 1-11-2016. 20,07.