Hoy fue un día feliz,
feliz por lo sencillo
con el viento en mi cara,
y el sol enredado en mi piel;
los pasos hacia delante,
caminando por senderos perdidos
que conducen adentro de uno mismo
encontrando el misterio
de la palabra hueca
horadada en la sombra.
Fue feliz, sin saludar, siquiera
a la amarga presencia
del dolor procesado,
del tiempo que no vivo,
del pensamiento alado
que de mi pecho escapa
con un leve suspiro
y sin ningún cuidado.
El mar cubrió mi pecho,
lavó sueños concisos
me procuró el descanso
y el lecho tardío.
Por eso, os lo digo:
Hoy fue un día que no tiene lamento
ni dolor, ni pecado.
Hoy, solo, sin intereses
fui feliz, solo un rato
Suesa-6-9-14. 22,31. 230 días sin ti.