El hombre ideal
Se levanta de un salto, mientras, contemplo el cuerpo exultante del hombre que ha dejado hueco en mi cama. Sus nalgas caminan sobre mi cabeza, hasta alcanzar el suelo. Potentes, mórbidas, con la contundencia de la carne firme, trabajada en mil caminos de la vida. Sus labios se posan, con el tacto de una mariposa, sobre los míos, que magullados de haber besado sin descanso se prestan a la caricia. Mientras sus manos me arropan, sus ojos se pasean por mi rostro.
Veo en ellos dibujado el amor, como hace un momento vi la pasión encendida entre un marasmo carmesí. Esas manos grandes, ganchudas, fuertes, que me pasearon la piel, ahora me arropan con dulzura. Le miro confiada, tranquila, ahíta de pasión, y hambrienta de ternura. Va recogiendo con cuidado la ropa que antes derramara por el suelo. Se viste con cauteloso silencio, queriendo respetar mi sueño, que va llegando dulce, arropado por el suave aroma de las sábanas, donde ha dejado las huellas de un sudor incandescente. Cuando oigo la puerta, que se cierra, abro los ojos de nuevo. Esta vez de veras. Contemplo el espacio que va clareando lentamente bajo el manto de la madrugada y me digo:”cuanto más bonitos son los hombres soñados que los reales”.Tengo que desperezarme, hay que hacer el desayuno. Él, ronca a mi lado sin piedad, mientras una burbuja de baba se le derrama por la comisura de los labios.
Joer!! Vaya chasco!!! jajajjaaaaa
pues ya muchos nos tenemos que saltar varios requisitos,sobre todo el de las nalgas mórbidas, molidas y maltratadas si pero mórbidas creo que no.
da igual…si la cabeza es morbida, lo demás se suple con inteligencia
Encantada, me gusta mucho que comenteis. Gracias.
Jajaja