Por qué me sangra el alma a cada rato
de las viejas heridas, suturadas
con hilo flambeado de costumbre…
mientras las nuevas se abren, tal que fuera
estilete afilado que las hiere.
Por qué el dolor agita este costado
donde guardo pasadas amarguras
y también se almacenan las traiciones
mal camufladas de experiencia.
Se guardan en esos tristes recovecos,
sin que, por mucho que lo intente,
se disuelvan y sean recubiertas
por la eterna nube del olvido.
Duelen y mechan la vida
de reservas, con leves defensas
que levanto, con fuerte y escarpada empalizada
por ver si sirve de duro parapeto
a fin de protegerme, de nuevas puñaladas.
Nunca se aprende lo bastante
sobre como maniobrar entre el bestiario
de feroces plagas que acechan
y cubren la tierra de despojos
con sangre de traiciones, aliñadas.
Y duelen, las heridas, tal que i fueran las primeras
en que se nos vence la vida dando tumbos
cuando éramos jóvenes, inocentes
y pensábamos, que la aflicción era breve y pasajera.
María Toca
Santander-31-12-2020. 20,33