Hay veces que entran muchas ganas de gritar
de vocear muy fuerte
de salirse de la torva melancolía
en que se asienta hoy mi vida.
porque por todos los caminos
donde vaya, siempre hayo lo mismo
una sensación oscura, yerta
de abandono, de cansancio, de muerte.
He vagado por calles y veredas
por donde solo habita el desespero;
he caminado por sendas desbocadas
que conducen al mismo infierno del deseo.
Hoy cansada, maltrecha, rota,
me siento a un lado del camino,
sin fuerza, sin ganas, sin aliento
contemplando el lento desespero
de un camino, que se hace largo
y lento el paso que germina
en más soledad, en más tibieza.
Porque si miro atrás solo me queda
la amarga sensación de búsqueda
profunda, de un amor que no llegó
a su hora, y si llegó, me cogió
mirando al trasluz de una vivencia
que dolía, que amargaba, que fluía
Por las espesas grietas de mi alma
Santander- 23-8-2013
Días abroncados y espesos