Hace tiempo que no me miro en el espejo
donde se refleja el rostro que adivino
ni me peino, con peine de utopía
las soledades que desamparan mi letargo.
Hace tiempo. Mucho. Eterno,
que no tiemblo de emoción cuando evoco
el paso cansino de la vida ensimismada
discurriendo por mis manos, horadas.
Mucho tiempo. Casi ni recuerdo
como era el sonido crispado de la risa
y el fulgor de los ojos en remanso
cuando, con tibia mano acariciabas mi regazo
y yo, aún confiaba, andar en compañía.
Mucho tiempo ha pasado,
tanto, que casi ni me acuerdo
aunque a veces, saco del desván de los despojos
la memoria, la contemplo, la agito
por si tienen los hados piedad y vuelven
los alegres días, terminados.
Santander-27-10-2016. 14,19