Se me levanta un silencio oscuro
entre el pecho y la memoria,
se yergue como olas encrespadas
el recuerdo, el camino que atesora
los pasos que cubrieron los guijarros
de la fronda, conforme pisabamos
despacio y a deshora.
En noches solapadas de espanto,
se me cubren los pensamientos todos
de una tela labrada por la araña
que disecciona y me deja sin habla.
Con mano ágil, desato la maraña,
me cubro con palabra, mientras
con paso lento, acompaño al verso
a que me cuente la vida, y me detenga
el murmullo del amor inacabado.
Santander-265-8-15, 15,21. 582 días sin ti pero contigo.