Nunca el amor fue gratis
que se paga en lamentos y en horas
de auscultar la sombría noche
cuando, el alba, asoma por la madrugada.
No es gratis, amar, se paga caro
con un precio de sombras, de dudas;
con el tiempo, incluso, se vuelven reproches
y el desamparo de saberse herida
muy de antemano.
No, el amor, no es gratis,
que se paga bien caro,
con lento tañer de campanas sordas
que alejan la penumbra vana
que acucia y no llega
a la madrugada, cuando tibio el cuerpo,
se apaga y el deseo muere tornando seguro,
en agua que crece.
Se paga con creces la sutil espera
el placer de pegar la piel con fuego candente
y se torna en lágrimas la fuente
de vida, que siempre,
o casi, el amor, accede.
El amor no es gratis,
el pago es muy caro
la moneda es agua fluida
que vierten los ojos
y el alma transida
con sutil espada.
El amor, no es gratis
se paga o se muere.
Santander-25-10-15. 19,33.