Doblando esquinas, apaisando recuerdos
como se doblan sabanas, tras los visillos,
una tarde vestida de plomo, dejando fuera
el invierno, tras los cristales, que escarchados,
de bruma y lefa, nos cuentan las historias,
como se cuentan los cuentos, a los niños.
Esa tarde calmada, sin sorpresa, sin ruido,
esa tarde, como digo,
me llega la nostalgia y se posterga el olvido
al anaquel pasado, de la historia aquella,
que tuve entre mis manos, sin rubor,
sin prisa, inacabada, como todo lo hermoso.
Como se doblan sabanas
en una tarde hambrienta, de todo lo que resta
para culminar los anales
de las poesías.
Así, me llegan los recuerdos
y se cuenta la historia
como se doblan sábanas,
tras las vidrieras.
Santander-7-2-16. 20,17