Momentos de rabia, de coraje en la cabeza
que apetece romper con el puño, la madera
o gritar fuerte, fuerte, al aire, que se espesa
con el grito o la rabia, entre la puerta
que gira, sin cesar en torno a una,
que cansada, no puede ni pasar
de un suceso a otro, enmadejada
de una baraka en contra, sin cuidado.
Dejar fuera el ropaje de correcta,
de agradable, mujer, siempre educada
y gritar con furia despiadada
la rabia que atenaza la cabeza.
Marcho, busco, encuentro algún bosque
que, en silencio, asiente mi despecho,
me escuche y me asiente cuando digo,
que hay días en que una se derrota
y ni siquiera sabe lo que dice.
Santander- 3-8-15, 16,53. 564 días sin ti, pero contigo.