Días que se levantan aburridos, cansados,
donde el tedio asola la confianza
y se torna el estío en pesadumbre
que asola desde la tibia madrugada.
Días en que cuesta levantarse
y al hacerlo el cuerpo pesa mucho
y hay una nube de escarcha bien templada
embotando la mente, que cansada,
se enlentece y apenas dice nada.
Días que cuesta estar despierta
y contar las horas en que la vida
se mece, entre cortinas oscuras
y los muros que levanta la estulticia
y la falta de coraje.
Días, en que hay que sacudirse la modorra
con un café cargado de sonrisas
y un pastel pletórico de argucias
que nos desnuden el alma
y nos den fuerza
para seguir, aunque sea sin confianza.
María Toca
Santander-06-07-2018. 11,52