Hoy me desperté creyendo en la utopía,
levanté mis ojos hacia arriba
y encontré un cielo más abierto,
sin nubes, en amable compañía,
de los que, con los recuerdos, me porfían,
me apresan, me empujan a seguir el camino
del sendero que tracé y se dobla
cuando se hace sinuoso el destino.
Hoy cuajé de palabras amables
mi memoria, como cuando estabas conmigo
y tu sonrisa iluminaba la espiga
de flamantes oros adornada,
mientras, las ausencias se guardaban
como la escarcha en alcancía.
Hoy, resultó que el camino está lleno
de palabras baldías y de flores;
empedrado de buenas intenciones,
de miradas amables que sonríen
al paso de un caballo fuerte
que hiere los guijarros y los muele
al trote veloz y apaciguado
de una parva simiente, devorado.
Santander 29-9-14. 17,44. 253 días sin ti, pero contigo.