Me desnudo de abrazos y caricias
que dejan la simiente de rescoldos
de pasadas venturas, que se fueron
con el viento, rugiendo, a otra parte.
Me desdigo de palabras que asombraron
a oyentes, mientras, dejaron poso
de otros besos, en labios indolentes.
Me ciego la mirada con ceniza
para no ver cómo nacen los luceros
y se encrespan las olas cuando viene
una galerna de rayos en declive.
Desnuda, al socaire de vientos y mareas
dejaré mi cuerpo, pendiente de la tarde;
esperando a que tú quieras cubrirme
con el manto de tus besos, mi herrumbre.
Confiaré, con paciencia en el momento
en que tu mano se alargue y me acaricie,
mientras tanto, arreciarán las tempestades
y la paciencia vencerá la ruda tarde.
Cuando pueda vestirme con tus brazos
y tu boca decore mi memoria,
entonces, solo entonces, hará sombra
el recuerdo de tu amor, y tu esencia
se abrirá paso por el tiempo y el recuerdo.
Cabalgaré con brioso corcel, envuelta
de salinas esperanzas, siempre quieta,
movida por la tempestad y mi camino
se hará a base de batirme con el viento.
Santander-8-5-2016. 0,40.
Para Vicente Arias. Nos envidiaron los dioses.
Gracias…y sí, creo que destila algo de erotismo