Regreso. Los pasos van silentes
por la ciudad que calla,
con su luz somnolienta
se mece con la desgana
de quien está perdido
y no quiere encontrarla.
De camino, al laberinto ciego
que encuentro cada noche
en mi casa, escondido.
Vuelvo, como siempre,
a la casa vacía, que apenas hace nido.
Hoy, la encuentro más sola,
entra el frío en sus alas,
como si fuera ayer,
cuando te hubieras ido.
Los pasos se entremezclan
con el sudor y el ruido
de los coches que mesan
el asfalto encendido.
Yo, camino despacio,
con pereza, sin tino.
Quizá no vuelva nunca
a emprender el camino
que me lleve de vuelta
a la casa vacía
y al yerto destino.
Madrid-21-11-15. 23,58.
Un abrazo Juan