Me gusta ese momento
cuando el sol alardea,
justo antes del ocaso,
en que se tiñe, fiero,
de purpura, y relucen
las nubes, que le rodean
haciéndose mayores.
Cuando la pajarada
emprende viaje raudo
hacia el nido precoz,
justo, antes de que todo
se tiña, se añilea
y se viste de sombras
ante el altar mayor
que anuncia, con sus luces
que la luna prepara
sus galas, y la noche
augura sueños fértiles
y se apaga el rumor
de la vida, mientras las almas
solitarias, se aprestan a sentir
el hueco más preciso
que hace grito en la sombra
y clama soledades.
María Toca
Santander-6-05-2018. 18,41.