Quizá son las exequias que viví,
caminos recorridos sin aliento
o las ganas de vivir que se perdieron
cuando la vida torció el gesto con avío
o la acuciante sed que tuve siempre…
No lo sé, el caso es que cuesta el despertar
y las ganas de vivir se me esfumaron,
apenas si me asomo a la ventana
y al poco, se me cierran los dinteles,
tornando al silencio y al empaque,
mientras cierro con sigilo los visillos.
Arrastro un cuerpo desvaído por las calles
tornando a casa cual penado a su cuartucho
en ella me esperan los recuerdos,
algún libro, un retrato, el condumio,
poca cosa, que compensa el ansia conocida
que la naturaleza muestra con ahínco
en pervivir… aún a costa del cansancio.
Será cosa de los años, o los recuerdos
o la mecha de la vida que se acaba,
lo ignoro, solo espero que las madrugadas
que aún me restan, me sorprendan viva,
combativa, aunque cansada.
María Toca Cañedo
Santander- 14-07-2021. 11,50.