Cansa, a veces, el sonido de este mundo,
cansa, aburre y desespera,
oír mil voces maledicentes
que hablan, para no decir siquiera,
lo que oyen, como poco,
ni piensan por ellos, ni escuchan,
lo que dice el alma del que es juzgado.
Cansa, oír el estrepito del cristal
que rompen al unísono las voces
de aquellos que maldicen lo que ignoran
y juzgan, deprisa, sin demora
lo que no conocen ni interesan,
porque siempre es más fácil
juzgar y voltear palabras
que, antes, ceñir la verdad desnuda.
Por eso, en momentos como ahora,
me canso, me abrumo, me refugio
en el silencio, y dejo que el verbo
se detenga, en espera de oír
melodías cruzadas con el viento.
Santander 18-11-14. 16,16. 302 días sin ti pero contigo.
tal cual, Luis…cansan mucho.
ya sabía yo que te gustaba…jajaja.
Buena definición Maribel De La Horra