Me bastaría con sentir el viento en la cara,
con furia, arrebolando el pensamiento,
para que huyeran raudos, los presagios
y que la mente acribillara
de alegría mis sienes,
de las que brotaran ríos de esperanza.
Me gustaría estar presa en la escarcha,
en las horas, en que la vida pasa
sin dejar huella, apenas sombra,
urdiendo pensamientos y los sueños
mecida de melancolía
cuando el sol muere en el ocaso.
Me bastaría saber contar historias,
que tú las escucharas con paciencia,
me crecieran yerbas en el alma
y que la poesía torpedeara las conciencias
mientras la música templara el tiempo
y la vista alcanzara largas cimas.
Me bastaría sentir un beso arrebolado,
contar las estrellas en el cielo
luego, recoger todas mis lágrimas
ponerlas en barbecho
y que crecieran los estigmas
de mi frente, sin contención y por derecho.
Me bastaría el timbre de tu voz
la dulce sonrisa que esbozabas
si algo te complacía o te calmaba;
caminar pasos en senderos de nubes
y abrir la ventana, cada día,
estrenando la infausta sensación
de emprender la vida con la misma
intención, de estar viva y de seguir andando.
Me bastaría con saber que algún día,
tu mano tendida atrapará la mía,
me guiara por cumbres y borrascas
para luego descansar sobre la almohada
cerquita, y siempre en comandita.
Me bastaría.
Santander-22-5-2016. 2,49.