Se me fueron yendo las horas
discurridas entre meandros, escondidas,
con ansias recibidas y a poco,
según se van marchando
añorando estirarlas
para que cunda el cuento de la vida.
Ayer era mañana, hoy es ayer…
el presente no existe, se escurre
entre los dedos tal que aire.
Quizá soñé tan alto
que a fuerza de esperanzas
se me frustró el presente
y se me diluyeron los momentos
como tibias escamas de los peces.
El tibio sol acarició mi cara,
leí un poema, un texto hermoso,
quizá soñara con alas altas
con las que surcar los horizontes,
o tan solo me sirvieran para volar,
rauda, a ras de tierra.
Lo ignoro, solo noto que se me fue la hora,
se me escurrió el silencio
en que discurren mis jornadas
y siento el presente, tal que si fuera
agua cristalina entre mis manos.
Porque ayer era mañana,
y hoy no sé siquiera si ha sido,
ni que depara lo que resta de camino.
Ayer se me escurrió, hoy,
apenas es nada. Quizá mañana…
María Toca Cañedo©